Acerca de este curso
Cada uno de nosotros nace con una tarea pendiente que no es solo individual, sino también heredada. Hay hilos invisibles que nos conectan con el pasado de nuestro linaje: mandatos, dolores, silencios y patrones que se repiten una y otra vez. A esto lo llamamos karma familiar. No como castigo, sino como una oportunidad de sanación.
El karma es una expresión de la Ley de Causa y Efecto. No estás
pagando nada, nadie te está castigando. Solo estás viviendo las
consecuencias de lo que tú -o tu clan- no pudieron ver, sostener o
asumir en su momento. Es ese bumerang invisible que retorna, no
para dañar, sino para que puedas mirarlo con nuevos ojos,
hacerte cargo y transformarlo en sabiduría.
En numerología, uno de los indicadores más claros del karma está en el mes de nacimiento. Ese número encierra las claves de aprendizajes no resueltos, repeticiones generacionales y contratos del alma que piden liberación. Puede mostrar tanto desafíos personales como cargas de tu sistema familiar que aún, esperan ser trascendidas.